domingo, 8 de mayo de 2016

Gobierno Corporativo para los Grupos de Interés


Siempre ha sido difícil explicar a todos los empleados de una empresa, por igual, el concepto de Gobierno Corporativo y más aún que reconozcan su importancia y la contribución de cada uno en el logro de sus objetivos.

Vale la pena recordar que este concepto surgió con el fin de asegurar a los inversionistas una retribución adecuada de su inversión.  Para ello era necesario diseñar instrumentos que establecieran de manera clara la forma de relacionarse la administración de una empresa y sus accionistas, el derecho de estos a ser tratados por igual independiente del monto de capital invertido y el derecho a estar bien informados sobre la gestión de la empresa.

Por tal razón la definición más común de Gobierno Corporativo se refería a los mecanismos a través de los cuales se conseguía que las empresas fueran gestionadas por sus equipos directivos en beneficio de los accionistas que aportaban el capital requerido.

Hoy por hoy las empresas no solo deben tener en consideración a los accionistas sino a todos sus grupos de interés pues cada día comprobamos que pueden ser una amenaza para el desarrollo y aún para la existencia de una empresa o pueden constituirse en sus mejores aliados y potenciar su crecimiento.

Ya los mercados de valores no son la única y exclusiva preocupación de las empresas, pues tienen tanto o más influencia en sus resultados la manera como gestionan sus impactos ambientales y sociales y por sobre todo, si responden a las expectativas de sus diferentes grupos de interés.

Los ejemplos se ven a diario. La Volkswagen vio afectados sus resultados anuales de 2015 negativamente en más de 16.000 millones de euros por el caso del software que alteraba las emisiones de óxidos de nitrógeno de algunos modelos diésel. Y en Colombia las empresas del sector minero-energético ven afectados sus resultados e incluso su supervivencia por bloqueos, paros, marchas, campañas en redes sociales, realizados por las comunidades y la ciudadanía en general que exigen desde mejoras salariales hasta servicios básicos, y por la enorme animadversión a su actividad considerada como un atentado contra el medio ambiente sin sopesar siquiera el desarrollo económico que estas actividades comportan.

Así las cosas, el modelo de Gobierno Corporativo de los accionistas pierde vigencia y la realidad impone el modelo de los grupos de interés, llamado también de control social (Garicano 1998). Este modelo tiene un objetivo mucho más amplio, ya que se dirige al logro y obtención de un equilibrio en la satisfacción de los intereses de todos los grupos de la organización. La base de este modelo se apoya en que no se puede concebir la creación de valor dirigiéndose exclusivamente hacia los accionistas y olvidando a aquellos colectivos necesarios para que la organización desarrolle su actividad. (Gloria Caballero Fernández, EL PODER DE LOS “GRUPOS DE INTERÉS”)

La evolución del concepto nos lleva a decir que Gobierno Corporativo es un sistema para dirigir, manejar y controlar una empresa, con el fin de generar confianza y cooperación entre sus diferentes grupos de interés, mediante la generación de utilidades para sus accionistas y una distribución equitativa de beneficios entre los diferentes grupos de interés que responda a sus expectativas.  

Por ello el Gobierno Corporativo en esta acepción amplia va más allá de las reglas que regulan el funcionamiento de los órganos de gobierno de una empresa (Asamblea, Junta Directiva, Consejo de Administración) y su relación con los accionistas, para incluir los mecanismos para relacionarse con los diferentes grupos de interés y la estrategia para satisfacer de manera equitativa sus expectativas.

Y estos no son temas menores, no son los temas light de la empresa, como se consideraba en otros tiempos, cuando se trataban como filantropía. Hoy son de vital importancia para poder operar en el corto y en el largo plazo y definitivos para asegurar su sostenibilidad.

Por su enorme importancia este modelo de Gobierno Corporativo de Grupos de Interés debe ser competencia de la Juntas Directivas porque el establecimiento de los mecanismos para lograr una distribución equitativa de beneficios entre los diferentes grupos es parte de la estrategia de la compañía, luego de evaluar riegos y oportunidades.

En la administración, el área encargada de velar por el cumplimiento de las expectativas de cada grupo de interés fijadas en la estrategia, debe depender directamente de la gerencia general y ser independiente de cualquier área que tenga a su cargo la satisfacción de cualquiera de esas expectativas. El gerente liderará y responderá por el logro de esta estrategia ya que será vital para los resultados de la empresa.

Una vez distribuidas utilidades y beneficios, cada uno reclamará lo que esperaba y una equivocación o expectativa insatisfecha bastará para poner en riesgo la estabilidad de la empresa.
 

Margarita Obregón








 



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